El día 15 de septiembre de 1891 fue glorioso para las letras policiacas y negras. Nació en Torquay, Gran Bretaña, Agatha Mary Clarissa Miller, más conocida como Agatha Christie, apellido tomado de su primer marido, un coronel de quien se divorció tras sus frecuentes aventuras extraconyugales. En 1920 doña Agatha dio el batatazo en popularidad con El misterioso caso de Styles. Aquí aparece su personaje más famoso y recurrente, Hércules Poirot, el belga de los bigotes retorcidos, protagonista de decenas de relatos y novelas. La desaparición de Agatha Christie en 1937 tras un accidente de carretera, puso a la prensa tras su pista, hablándose de secuestro, suicidio y/o demencia. Al asociarse su nombre con una ex amante del coronel, se vengó de las afrentas con el descrédito que le cayó. Para algunos fue un golpe de marketing. Otro golpe de marketing asociado a su nombre fue el que armó Raymomd Chandler, al elaborar su teoría literaria denigrando la obra de doña Agatha con argumentos divertidos aunque vacíos, cuando no machistas. La autora se casó luego con un arqueólogo de apellido Mallowan, que le hizo sacar su famosa frase de que la estabilidad y felicidad matrimoniales de la pareja debían mucho a aquella profesión: él la amaba más mientras envejecía. De los viajes científicos de Mr. Mallowan salieron sus novelas ambientadas en lugares exóticos, como Asesinato en Mesopotamia (1930), Muerte en el Nilo (1936) y La venganza de Nofret (1944), entre otras. Poirot fue llevado al cine, con algunas caracterizaciones inolvidables a cargo de Albert Finney y Peter Ustinov. En la TV, fue David Suchet el más destacado. Ver por ejemplo esta entrevista, de donde se entiende que Porot no tiene nada que ver con «jarrones chinos», sino que da una visión interesante de la sociedad inglesa: personajes, clases sociales, lectores y seguidores:


Agatha Christie no se quedó pegada en Poirot sino que combinó sus aventuras con las de Miss Marple, una astuta viejecilla aficionada a poner en ridículo a la policía oficial, y que se inauguró con Muerte en la vicaría (1930). También fue motivo de películas y seriales de TV, servidas por grandes actrices como Margaret Rutheford, Angela Lansbury, Helen Hayes y varias más.

Cabe señalar, como cierre, que contemporáneas de Agatha Christie fueron Dorothy Sayers y Ngaio Marsh (neozelendesa), por solo nombrar a dos grandes de la narrativa negra. Marcan una de las «épocas de oro» de nuestro género.

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