
¡Bartolomé Leal al habla!: Blog de novela policial y negra
Hay dos afirmaciones que me permito exteriorizar acerca de las seriales televisivas: primero, que la mayor parte son vomitivas; y segundo que las policiales y negras suelen ser no sólo digeribles, sino que placenteras. Una explicación se halla en el cine. Al revés de la gran literatura, digamos las letras serias, donde el cine ha sido a menudo nefasto, perpetrando adaptaciones que maltratan las obras, en el caso del género policial y negro las adaptaciones han sido bastante más decentes y, en algunos casos, brillantes. En otras palabras, nuestra literatura predilecta ha sido generosa y flexible con las versiones de pantalla, y ha dado filmes y series de TV dignas de su base literaria.
Voy a mencionar algunas de las que han estado pasando por la tele cable. Las que más me gustan. Descarto desde ya las de gángsters gringos, pura puteada, balacera y banalidad argumental. Los ingleses se están luciendo con al menos tres: Poirot, Padre Brown y Gently. El Poirot del actor shakesperiano David Suchet es una pizca demasiado histriónico aunque coherente con el personaje de Agatha Christie. No es simpático ni divertido (como se le ha hecho en el cine) aunque sí sarcástico, pacato y bastante hipócrita. Las historias suelen ser más densas que las propias narraciones de doña Agatha, con una ambientación y un vestuario de época del más alto nivel. No me pierdo al gran Hércules. El capítulo con su agonía me dejó con el corazón apretado.
Siempre en el dominio inglés, otro clásico es el padre Brown. Un actor físicamente adecuado, Mark Williams, sirve a este personaje que en la serie de TV es menos filosófico y predicante que el original, limitándose a dar modestos consejos de sentido común, sin la fuerza metafísica del personaje de Chesterton. En el hecho, los guiones fueron escritos para la serie, son versiones remotamente basadas en los originales. Se ambienta en los años 50. Como siempre en la BBC, con gran credibilidad de época. Las edificaciones eclesiásticas históricas juegan un rol destacado. La manera como Brown mira y gesticula, a menudo conduce la trama.
La serie del inspector Gently es otro logro de la BBC. Ambientada en los años 60, lo más interesante es la dialéctica que se establece entre el experimentado Gently, interpretado por Martin Shaw y su ayudante, el joven y puntudo sargento John Bacchus (Lee Ingleby). Los hechos ocurren en un pueblito inglés donde todos se conocen, están emparentados y se deben favores o cariños. A menudo los capítulos se meten en tópicos conflictivos, delitos de gente elegante como la pedofilia o la prevaricación. La serie se ha mantenido por casi una década gracias al favor del público, entre otras cosas por su gran nivel actoral.
No podía faltar en las pantallas el comisario Maigret, con la reposición de la serie de 54 episodios que protagonizara el fallecido Bruno Cremer entre los años 1991 a 2005. Su prestación recuerda por cierto a las que hizo Jean Gabin, aunque su compenetración con el personaje es más profunda. La mayor parte de los episodios están filmados en exteriores y, como en el mejor cine francés, proveen una imagen del medio urbano, París sobre todo, que es atractivo y conmovedor. Sin olvidar, por cierto, un rasgo básico en el gran Simenon: la sensibilidad por los pequeños detalles cotidianos.
Para cerrar esta primera revisión, es destacable la teleserie italiana con el comisario Salvo Montalbano, creación del escritor Andrea Camilleri, uno de los puntos más altos de la narrativa negra de los años recientes. El actor Luca Zingarelli da vida a este personaje en una saga que se empezó a difundir en 1999. Las historias transcurren en el pueblo siciliano de Vigata y, por cierto, no dejan de poner en escena a mafiosos de pura cepa. Destacan los soberbios paisajes de la isla de Sicilia y el equipo de detectives de Montalbano, que cumple un atractivo trabajo colectivo. Aunque los episodios se basan en los textos de Camilleri, a veces hay demasiada verborrea y las refriegas suelen ser un tanto falsas. De todos modos, bien entretenida.
(En la segunda parte: Miss Marple, el hermano Cadfael, el joven Morse, Wallander, Arne Dahl y una del recuerdo, Spenser)