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¡Bartolomé Leal al Habla!  Blog de novela policial y negra

 

Casi todos los fans de la novela policial de enigma han por lo menos escuchado hablar de Ellery Queen, el seudónimo de una dupla de escritores norteamericanos durante la época de oro del género. No es un error, en verdad eran dos: Frederic Dannay (1905-1982) y Manfred Lee (1905-1971), que se produjeron como autores en decenas de cuentos y novelas que ya son clásicos. Pero estos compadres, que además de tener la misma edad eran primos, fueron notablemente originales en la creación de su detective principal, a quien también apodaron Ellery Queen, un joven escritor de relatos de misterio y sabueso aficionado que ayuda a su padre, el inspector de policía de Nueva York Richard Queen, a resolver casos complicados.

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Sin embargo, para Manny y Danny, como se les conocía, había algo mucho más importante que escribir y publicar sus libros. Y eso más importante era promover el género y apoyar los esfuerzos de sus colegas autores. De paso, ganarse la vida con eso. Por ello, se abocaron a la edición de libros, la producción de revistas, la organización de concursos, el armado de antologías… Manny y Danny no estafaban a nadie, siempre pagaban, a veces no mucho pero cuando sus productos comenzaron a ser apreciados por el público, no dudaron en compartir la bonanza con sus escritores. Gracias a Ellery Queen, autores como Dashiell Hammet y varios otros “negros” ilustres pudieron recibir pagos por sus escritos y alcanzar además el favor de los lectores.

El primer concurso, como ellos mismo lo cuentan, se organizó en 1945 y los trabajos se publicaron al año siguiente. Recibieron nada menos que 838 postulaciones. Una cantidad extraordinaria que revela, entre otras cosas, que los escritores nunca la tienen fácil y necesitan probar la mano y, si es posible, ganar una costra de fama si son ganadores.  No es raro que tal suceso sea efímero, como fue el caso del cuento ganador, “Una estrella para un guerrero” (traducción mía del título) de la autoría de Manly Wade Wellman, cuya particularidad es que su detective es un indio americano, policía profesional, que resuelve un caso en una reserva con ayuda de su conocimiento de la personalidad y el ceremonial de sus paisanos. Wellman llevaba en sus venas sangre de los indios americanos. Es casi desconocido para nosotros, aunque fue un escritor muy leído y premiado en los géneros horror y ciencia-ficción. Otra particularidad suya es que había nacido en Angola cuando era colonia portuguesa, donde su padre había llegado a ejercer la medicina. Su primera lengua fue un dialecto africano. Último detalle: el cuento de Wellman le ganó a uno enviado por William Faulkner, que armó un escándalo de proporciones a los primos por lo que consideró un vejamen.

El segundo concurso tuvo lugar en 1946-47. Llegaron sólo (!) 623 manuscritos. Los jurados no lograron ponerse de acuerdo entre dos cuentos finalistas, pero a la postre se inclinaron por “El presidente de los Estados Unidos, detective” (traducción mía del título), escrito por H.F. Heard. Éste era el seudónimo de un divulgador científico nacido en Londres, cuya obra en el género policial se limitaba a unos pocos pastiches de Sherlock Holmes. Justamente olvidado podría decir alguien. Pero también les significó un dolor de cabeza a los primos. El segundo premio del concurso fue otorgado a John Dickson Carr, ya entonces una estrella del género, por lo cual esta vez fueron los lectores quienes protestaron ante tan insólita decisión del jurado. En todo caso, valga señalar que en esta segunda versión se amplió el número de premios, estableciendo diversas categorías dada la cantidad y calidad de los envíos; a lo que se sumaba el interés de Ellery Queen por contar con material prestigiado para su afamada revista y sus siempre bien recibidas antologías temáticas.

En 1947 se abrió la tercera versión del concurso.  Llegaron 862 manuscritos, por tierra, mar y aire, como lo señala Ellery Queen en el prefacio del libro publicado con los cuentos premiados en 1948, cuya edición original en inglés hojeo mientras escribo. El concurso se abrió a autores extranjeros, que respondieron entusiastamente. También la decisión tiene su historia, ya que no hubo manera de romper un triple empate, por lo que se identificaron las debilidades de cada uno y se pidió a los autores que mejoraran su propuesta para facilitar la decisión. Bastante raro, pero así es el misterio de los concursos. Al final ganó el cuento “La justicia no tiene número” (traducción mía del título), de Alfredo Segre, un autor judío-italiano, refugiado en USA a causa del fascismo y del que apenas tenemos la información que da Ellery Queen en el libro: escritor de novelas sociales y una biografía de Toscanini, vuelto americano en el frente de guerra y viajero por el mundo. 

En el concurso de ese año, cinco premios especiales del jurado fueron otorgados a autores extranjeros. Uno de ellos fue para Jorge Luis Borges (Argentina) por “El jardín de senderos que se bifurcan”. ¿Cómo se gestó la participación del gran maestro? Ya por entonces era una figura fundamental de las letras en su país y había publicado dos de sus libros clásicos en el género cuento: “Historia Universal de la Infamia” y “Ficciones”. A este último libro pertenece el texto enviado al concurso Ellery Queen. La iniciativa fue de un amigo de Borges, el crítico y traductor Anthony Boucher, quien lo convenció de participar. Boucher era apreciado por Ellery Queen como “descubridor” de buenos autores de relatos de misterio. Lo que más gustó a los primos fue la original manera de tratar el tema del “laberinto”, según ellos una “persistente monomanía” en el argentino. También señalan la “exorbitante afición” del Señor Borges por mofarse del academicismo, con la invención de autores apócrifos y escuelas literarias imaginarias.

 

Cabe señalar que los demás escritores policiales galardonados, junto con Borges, por el concurso Ellery Queen de 1948 en el rubro autores extranjeros, fueron: A.E. Martin (Australia), Victor Palla (Portugal), H.T. Alfon (Filipinas) y Arthur Williams (Sudáfrica). ¿Qué habrá sido de ellos?

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